TEA Y DIAGNOSTICO DIFERENCIAL

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo, se caracteriza por alteraciones persistentes en la comunicación e interacción social, así como por la presencia de comportamientos, intereses o actividades restrictivas y repetitivas.

Suele manifestarse antes de los tres años de vida, dura toda la vida y afecta al desempeño de esta.

Es más frecuente en niños que en niñas. Los síntomas en una persona con TEA pueden variar y es muy importante tener en cuenta que cada individuo deberá tener un tratamiento acorde de sus necesidades.

Actualmente, aún no se conocen con exactitud las causas, ni existen medios efectivos para prevenir el trastorno, aunque los estudios apuntan a una combinación de factores genéticos y epigenéticos ambientales como causantes. Sin embargo, las investigaciones indican que una intervención psicoeducativa adecuada, que contemple no solo al niño/a, sino a todo su entorno y lo más temprana posible, puede provocar mejoras significativas para muchos niño/as pequeños con trastornos del espectro del autismo.

Es necesario tener muy en cuenta, que cada persona con TEA es diferente. Nunca un niño/a es igual que otro, del mismo modo que no lo son, sus características y sus capacidades.

Es necesario comprender que cuanto más pronto se realice el diagnóstico, antes se podrán poner en marcha todas aquellas acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida, tanto del niño/a, como de la familia. La implicación familiar es imprescindible, pues el conocer de cerca cuáles son las dificultades y limitaciones de su hijo, facilita una mejor respuesta en cada situación, ayudarle a superar progresivamente sus dificultades y conseguir alcanzar nuevos objetivos. De ahí la necesidad de dejarse guiar y aconsejar por los profesionales especializados y de intervenir, no solo con el niño, sino también con su familia y su contexto.

¿Qué importancia tiene el diagnóstico diferencial en el autismo?

Muchos síntomas del síndrome autista se encuentran presentes en otros trastornos que al inicio del síndrome autista pueden confundirse. Es por ello que el establecimiento de un diagnóstico diferencial preciso conllevará implicaciones importantes para la intervención clínica, será muy importante para programar un tratamiento adecuado y efectivo para el paciente por ello la importancia de hacer un buen diagnóstico diferencial.

La fuente de heterogeneidad que más problemas acarrea al diagnóstico del autismo procede del hecho de que este trastorno comparte ciertas características esenciales (síntomas primarios o rectores) con otras alteraciones infantiles. El autismo puede diferenciarse al menos de siete características diagnósticas que vamos a describir a continuación.

 

  1. ESQUIZOFRENIA INFANTIL:La esquizofrenia infantil se caracteriza y se diferencia del autismo en que es de inicio más tardío (después de los 5 años) con presencia de historia familiar de psicosis, delirios, alucinaciones, déficits psicomotrices y pobre salud física. Esta enfermedad responde mejor a tratamiento psicofarmacológico y el autismo responde mejor a técnicas de modificación de conducta.

 

  1. DISFASIA EVOLUTIVA:Retraso en la adquisición del lenguaje y la articulación. Los niños disfásicos comparten con los autistas diversas características con la adquisición del lenguaje como ecolalia, inversión pronominal, déficit de secuenciación y en la comprensión del significado de las palabras. Presentan problemas sociales, pero conservan su capacidad comunicativa mediante el lenguaje no verbal, manifiestan las emociones y son capaces de llevar a cabo juegos simbólicos.

 

  1. RETRASO MENTAL:La característica común entre autistas y niños mentalmente retrasados es la capacidad intelectual. Los niños autistas presentan un déficit de la capacidad intelectual, sin embargo, los niños con retraso mental conservan su capacidad de interacción social y de comunicación siendo incluso mejor que la de los niños normales. Otro aspecto diferencial es el desarrollo físico que permanece normal en los niños autistas y más afectado en los niños con retraso mental. Por otro lado, los niños con retraso mental muestran un bajo rendimiento en todas las áreas intelectuales, en cambio, los niños autistas pueden tener conservadas o potenciadas las habilidades no relacionadas con el lenguaje como las matemáticas, música, manualidades…

 

  1. PRIVACIÓN AMBIENTAL:Es un agente causante de problemas y déficit en el desarrollo infantil. La privación maternal, el abandono, los abusos y malos tratos pueden provocar efectos negativos en el desarrollo infantil. Pero estos niños a pesar de reflejar déficit o retraso en diversas áreas como la psicomotricidad, el habla, la afectividad…cuando se les sitúa en un ambiente estimulante comienzan a recuperar esas habilidades aparentemente perdidas algo que no sucede en los niños autistas.

 

  1. SÍNDROME DE RETT: Tanto en el Síndrome de Rett como en el autismo hay una pérdida del habla y del contacto con las personas, pero existen diferencias claras.

El Síndrome de Rett se da mayoritariamente en niñas, además se producen alteraciones que no se dan en el autismo, como la desaceleración del crecimiento del perímetro craneal, pérdida de habilidades de motricidad fina ya adquiridas, aparición de movimientos poco coordinados del tronco o la deambulación, hiperventilación o hipoventilación y estereotipias manuales.

Las niñas con Síndrome de Rett casi siempre prefieren a las personas frente a los objetos, mientras que en el autismo los niños prefieren los objetos a las personas. Además, las niñas con SR suelen disfrutar con el afecto, al contrario que los niños con el espectro autista.

Con todo esto, es casi imposible confundir el autismo tipo Kanner con el Síndrome de Rett, confundiéndose en los casos con retraso mental grave, característica típica del Síndrome de Rett.

 

  1. SÍNDROME DE ASPERGER: Tanto el autismo como el síndrome de Asperger presentan déficits cualitativos comparables. No está demostrado hasta qué punto es una entidad distinta del autismo o un subtipo de autismo.

Los niños de Asperger parecen autistas de alto nivel, sin la afectación en el desarrollo del lenguaje. Su diagnóstico requiere la manifestación de falta de empatía, estilos de comunicación alterados, intereses intelectuales limitados y con frecuencia vinculación idiosincrásica con los objetos. El criterio diferencial con el autismo sería la adquisición del lenguaje y el desarrollo cognitivo que frecuentemente son normales en los niños con síndrome de Asperger.

 

  1. TRASTORNO DESINTEGRATIVO INFANTIL: Su manifestación suele ser a partir de los 3-4 años con un aparente desarrollo normal. Se observa un período de irritabilidad, inquietud, ansiedad y una relativa hiperactividad, periodo al que sigue la pérdida del habla y el lenguaje de las habilidades sociales, alteraciones de las relaciones personales. Pérdida de interés por los objetos e instauración de estereotipias y manierismos.

Si bien tienen algunos puntos en común, y ambas enfermedades pueden considerarse como de la misma “familia”, el autismo es diferente. La principal diferencia es que, en el caso de los autistas, el extraño comportamiento del niño es percibido desde muy pequeño y se mantiene prácticamente constante.

Si bien no hay mucha información al respecto, el trastorno desintegrativo infantil es mucho menos frecuente que el autismo. Al igual que esta enfermedad, se da más en varones que en niñas.

El término Autismo como tal, es uno de los más buscados en Internet en todo el mundo, entre todos los términos y palabras existentes en todas las lenguas. Esto demuestra el interés que provoca en toda la humanidad, porque los niños con autismo son únicos y auténticos y necesitamos profundizar más en este fenómeno que afecta a tantos niños a nivel mundial y que es tan desconocido para muchos otros.

 

*INFORMACIÓN PROPORCIONADA POR UNA DE LAS LOGOPEDAS DEL CENTRE LOGOPÈDIC KOMUNIKA’T – TAMARA RODRÍGUEZ CANO-*