¿Por qué es necesaria la figura de los logopedas?

El 6 de marzo se celebra el día de “la educación de la palabra” y por lo tanto el día de la logopedia; la logopedia es una especialidad  que se dedica al diagnóstico, prevención y tratamiento de las alteraciones del habla, de la voz, la audición y del lenguaje, así como también de las funciones orales asociadas, como la respiración, masticación y deglución.

Muchas personas, de cualquier edad, necesitan la ayuda de un logopeda y hay veces que no son conscientes de ello.

El logopeda es capaz de detectar síntomas y evidencias de desajustes o retrasos en cualquier de los ámbitos mencionados, los más habituales en cuanto a trastornos del lenguaje son los siguientes:

1. DISLALIA

Tipos

  • Se conocen muchos casos de personas que no saben pronunciar bien el sonido de la “r”, la “s”, la “l” la “k”, la “z” y la “ch”, consonantes más habituales, a esto se le conoce como dislalia funcional, una de las más comunes en niños de entre 4 y 5 años, si continua a partir de esta edad es necesario la intervención de un especialista.
  • Por motivos fisiológicos, habituales en edades tempranas y no alarmantes ya que son propias del desarrollo evolutivo del niño, éste no es capaz de reproducir con exactitud aquello que escucha.
  • Dislalia audiógena, asociadas a un defecto en la audición, si su capacidad auditiva es defectuosa también lo será la pronunciación y por lo tanto no serán capaces de expresarse con normalidad. Tendrán dificultad por reconocer y producir sonidos, y en consecuencia por el aprendizaje escolar.
  • Por último, dislalia orgánica o disglosia, como indica su nombre debido a lesiones o malformaciones en determinados órganos (labios, lengua, paladar, dientes, maxilares o fosas nasales) que no permiten articular bien los fonemas.

Tratamiento

Es recomendable la asistencia temprana a un especialista (en este caso logopeda), ya que el habla puede mejorar con una terapia adecuada, y en el caso de los niños, normalmente, se hace mediante ejercicios y juegos para que de esta forma les sea más sencillo y ameno adquirir estas nuevas habilidades.

Además de la ayuda de los padres en el propio hogar, siguiendo las recomendaciones de los especialistas, y enseñando a los niños la correcta articulación de las palabras, así como también los movimientos necesarios para ésta.

En algunos casos, cuando se trata de dislalia orgánica, teniendo un origen físico, es recomendable realizar un procedimiento médico.

2. RETRASO EN EL DESARROLLO DEL HABLA O DEL LENGUAJE 

Antes de los 12 meses los bebés han de ser capaces de relacionarse con su entorno mediante balbuceos, incluso incorporar palabras en su vocabulario como “mamá” o “papa”. Pero no es hasta los 2/3 años cuando se aprecia una gran evolución en el lenguaje y la comprensión de algunas frases simples.
A veces, es difícil saber si un niño está tardando más en adquirir un desarrollo en el habla o realmente necesita la intervención de un especialista. Si necesita ayuda puede ser debido a problemas orales, como alteraciones en la lengua o el paladar, problemas orales-motores relacionado con el cerebro y la coordinación para ejecutar labios, lengua y mandíbula al mismo tiempo o incluso problemas auditivos. El logopeda evaluará lo que entiende el niño, aquello que está dispuesto a decir, si se intenta comunicar, etc. Y a raíz de los resultados puede iniciar una terapia del habla. Aunque igual que en otros trastornos la figura de los padres también es muy importante, éstos deben implicarse en la comunicación con su hijo, hablándoles todo el tiempo y repitiendo de forma constante aquello que están viendo para transmitirles vocabulario, así como también en la lectura de forma permanente para que su comprensión sea mayor.

3. TARTAMUDEZ

Es un trastorno de la comunicación, permanente o circunstancial, que se caracteriza por las repeticiones e interrupciones involuntarias en la emisión de palabras y puede ir acompañado de varios movimientos del rostro y alteraciones respiratorias. La repetición se puede producir en la palabra por completo o solo en alguna parte, además de prolongaciones en los sonidos o interjecciones de éstos como “mmm”, “eh”.

Muchos especialistas ponen hincapié en el comportamiento, enseñándoles a controlar el ritmo al que hablan y a disminuir la tensión física, así como también a controlar la respiración; esto a base de insistencia ayuda al paciente a obtener una mejor expresión en cuanto a facilidad y rapidez. Los padres también pueden contribuir, primeramente no discriminando al niño por su forma de hablar ni etiquetándolo de “tartamudo”, no acabando sus frases cuando hablan ni mostrando desagrado cuando se bloquean. También pueden servir como modelo de habla fluida, reduciendo el número de preguntas directas y dedicando un tiempo diario para hablar con su hijo.

4. TRASTORNOS DE LA VOZ

Puede pasar de una simple patología, a causas más grabes como la parálisis de las cuerdas vocales, afectando a una de ellas vibrando de forma anormal y haciendo que a la persona afectada se le agote el aire con facilidad y no pueda hablar con claridad ni en voz alta. Dependiendo el caso necesitará intervención quirúrgica o simplemente tratamiento de reeducación del comportamiento mediante la intervención de un logopeda. Éste trabajará la modificación tonal, la mejora del volumen y la función respiratoria, así como también la postura idónea para una correcta vocalización.

Otro caso de trastorno de la voz puede ser la disfonía tratándose de un trastorno crónico de la voz en el que el movimiento de las cuerdas vocales es mucho más forzado y tiene como consecuencia una voz más quebrada, temblorosa, ronca, tensa o entrecortada. Además de necesitar soporte médico, el logopeda puede mejorar de forma considerable la producción de la voz, trabajando con materiales y ejercicios de mejora de la respiración, la emisión vocal, la resonancia de la voz, etc.
Un aspecto muy importante para tratar tanto en la consulta de logopedia como en casa es la higiene vocal, haciendo que el paciente beba mucha agua, no hable durante mucho tiempo con demasiada intensidad, etc.

¿Y tú, sin ser un profesional, como puedes detectar estos síntomas?

  • Habla difícil de comprender, de forma infantil, y comprensión alterada.
  • El niño tiene un vocabulario escaso y tiende a utilizar un lenguaje telegráfico sin conectores (pronombres, artículos, conjunciones, etc).
  • Abusa de los gestos y la mímica como forma de expresión, a partir de los 18 meses.
  • Omite determinados fonemas que no sabe pronunciar (sobre todo en las consonantes habituales: “s»,»l»,»z»,»k» y «ch”) o los substituye por otros que le son más fáciles (ete por chupete).
  • Repite de forma convulsiva una o varias sílabas durante las frases.
  • Interrumpe el habla por completo y continúa, pasado un tiempo, de forma repentina.
  • Respira con la boca abierta.
  • Se registran cambios en su voz, o muestra una pronunciación extraña (ronca o nasal, por ejemplo)
  • Tiene dificultad por entender órdenes verbales sencillas

¡¡Feliz día de la logopedia desde el Centre logopèdic Komunika’t, gracias por confiar en nosotros!!